‍El talento es común, la constancia no

«El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia».

Esa frase me acompañó en la media maratón de Palmira este domingo, mientras corría bajo el sol inclemente, esquivando calles estrechas con miles de personas y enfrentando una meta que se sentía más difícil de lo esperado.

No logré récord personal, pero logré algo más valioso: recordar que la constancia es el verdadero talento que sostiene nuestros sueños.

Porque el talento no falta, la inteligencia tampoco, lo que escasea es la capacidad de insistir, de volver a levantarse, de seguir entrenando aunque no haya resultados inmediatos.

Porque si algo me ha enseñado el running es que el talento, la fuerza y hasta la inteligencia para planear una carrera están al alcance de muchos pero lo que realmente marca la diferencia es la constancia.

Construir bases: mi fórmula para el 21K

Hoy puedo decir que mi distancia favorita es el 21K.

Ya llevo más de 20 carreras oficiales de esta distancia en diferentes escenarios y aunque podría tentar a otras metas más largas, he decidido algo; elijo volverme experta en esta.

¿Por qué? Porque el 21K me reta sin destruirme, me enseña sin agotarme, y me exige construir bases sólidas: paciencia, fuerza, técnica, mentalidad y autoconocimiento.

Cada carrera es diferente: a veces la disfruto como un vuelo ligero, otras veces la sufro, pero siempre salgo con un aprendizaje que me recuerda que este camino es de reajustes constantes.

Ser experta en 21K no es una meta que se alcanza de la noche a la mañana, pues es como en la vida misma:

  • Si eliges ser bueno en algo, necesitas construir bases sólidas.
  • Si quieres trascender en tu pasión, necesitas entrenar la paciencia y la disciplina.
  • Si buscas maestría, tienes que aprender a levantarte con cada caída.

Los japoneses hablan del maestro del combate, alguien que no solo perfecciona la técnica, sino también la mente y el espíritu.

Así veo yo al corredor constante: no es el que más rápido llega, sino el que sabe sostenerse, reinventarse y encontrar sentido en cada kilómetro.

"La maestría no está en hacer cosas espectaculares, sino en repetir lo esencial con amor y disciplina hasta que se convierta en parte de tu ser."

Porque al final, correr 21K y vivir la vida no es solo un reto físico: es un entrenamiento del alma, es rendirse a lo que nos incomoda, aceptar lo que no podemos controlar y abrazar lo que sí depende de nosotros: la constancia.

Y entonces cuando construimos bases firmes, cuando elegimos una distancia y nos entregamos a ella con paciencia y compromiso, descubrimos algo mágico:

¡La verdadera victoria no está en la meta, sino en la persona en la que nos convertimos mientras entrenamos para alcanzarla!

Si elegimos construir bases, ser pacientes y comprometidos, la vida misma se convierte en una especie de dojo: un lugar donde entrenamos cada día no solo músculos, sino alma.

Porque al final, lo más inspirador no es quien corre más rápido, sino quien corre toda la vida y eso, se logra con constancia.

@beerrunnerscali

Reto “La Meta Invisible”: 21 días

Así que quiero proponerte un reto sencillo y poderoso:

Entrenar tu capacidad de escuchar tu interior, no solo tu cuerpo físico.

La mayoría de corredores entrenan para una meta visible: el reloj, la distancia, la carrera.

Pero la verdadera maestría está en entrenar lo invisible: lo que nadie mide, pero sostiene todo.

Así funciona:

Durante 21 días, cada vez que entrenes o incluso en tu día a día, responde una de estas preguntas antes o después de tu práctica.

No necesitas más de 3 minutos, pero hazlo con honestidad brutal:

  1. ¿Qué emoción traigo hoy a mis tenis?
  2. ¿Qué necesito soltar para correr más ligero?
  3. ¿Estoy corriendo para demostrar… o para recordar quién soy?
  4. ¿Qué diálogo interno apareció hoy mientras corría/caminaba?
  5. ¿Qué verdad me reveló mi cuerpo hoy?

La regla: no hay respuestas correctas ni bonitas. Solo escribir lo que salga, incluso si es incómodo.

Porque recuerda la clave no es solo el talento con el que naces, sino la constancia con la que eliges seguir para ir puliendo en el camino.

Constancia, paciencia y reajustes: esa es la fórmula.

En la carrera.

En la vida.

Siempre.

¿Aceptas el reto de constancia?

Nos vemos pronto en Caminarte Runners Coaching, para seguir entrenando la mente y escuchando el alma.