Tu cuerpo es el camino de regreso

Hay días en los que la mente se convierte en una jaula.
Pensamientos que giran como un tornado.
Recuerdos que se repiten.
Preguntas sin respuesta.
Historias viejas que vuelven disfrazadas de presente.

Días en los que, por más que lo intentas, no logras “pensar distinto”.
Y ahí, justo ahí, es cuando más necesitas recordarlo:

"Tu cuerpo es el camino de regreso."

El cuerpo no necesita entender

La mente quiere certezas.
El cuerpo pide presencia.

La mente exige respuestas.
El cuerpo solo necesita que lo escuches.

Mientras la cabeza se enreda en lo que fue o en lo que podría haber sido,
el cuerpo está aquí. Respirando. Palpitando. Sosteniéndote sin condiciones.

‍Correr para volver a ti

A veces corro no para llegar a ningún lado, sino para volver a mí.
Correr me devuelve al ritmo del ahora. Me hace habitarme de nuevo.

Siento los pies tocando la tierra.
El aire entrando por la nariz.
El corazón latiendo fuerte y claro.

Y entonces entiendo: no tengo que entenderlo todo.
Solo sentirlo.
Solo estar.
Solo rendirme.

Cuando el duelo pesa, el cuerpo sostiene

En los procesos de duelo, la mente se vuelve feroz.
Nos quiere proteger, pero termina hiriéndonos.
Nos atrapa en la culpa, en la negación, en el “¿y si…?”.

Pero el duelo no se piensa. Se siente.
Y para sentir, necesitas un lugar seguro.
Ese lugar es tu cuerpo.

Le damos al cuerpo el permiso de guiar el proceso…
Porque ahí es donde habita la herida,
y también la medicina.

En Rendirte al Duelo - Workshop Coming Soon- vamos a permitirnos por medio de la escritura, el movimiento, la respiración y la rendición, volver a nuestro cuerpo, a nuestro oráculo, ese lugar seguro y sabio.

Rendirte al duelo no es resignarte.
Es liberarte del peso innecesario.
No es dejar de amar.
Es amar sin cargar.

Viajar Ligero

El duelo no desaparece, pero puede transformarse si lo atraviesas en vez de evitarlo.
Tu cuerpo lo sabe. Tu cuerpo te guía.

Cada paso que das consciente,
cada respiración profunda,
cada lágrima que dejas salir sin juicio…
es una capa que sueltas.

Y cuando sueltas desde el cuerpo, empiezas a viajar más ligero,
más presente, más honesta, más tú.

¿Sientes que tu mente no para?

Cuando no puedas salir de tu mente...pausa entra en tu cuerpo.

Tu cuerpo no se enreda.
No juzga.
No corre al pasado ni al futuro.
Tu cuerpo no necesita entender, solo estar aquí.
Respirando.
Sosteniéndote.

Y aunque no lo creas…ahí está tu paz.
No en pensar más, sino en sentir.

Caminar, correr, llorar, respirar…eso también es sanar.
Eso también es rendirse.

Porque cuando vuelves al cuerpo,
vuelves a ti.

"Tu cuerpo es el camino de regreso, vuelve a él siempre que lo necesites."